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¿Qué tipo de piel soy?


¿Qué tipo de piel soy?

Sabemos que te preocupa el aspecto de tu rostro, en especial cuando comienzan a existir cambios desagradables en ella por alguna situación que puede originarse por distintas causas: cambios hormonales, desbalance alimenticio, emociones fuertes, etc. Siendo así, el primer paso para comenzar a cuidar tu piel y eliminar cualquier imperfección es identificar qué tipo de piel eres.

Cada tipo de piel presenta necesidades distintas y por tanto es importante saber qué tipo de piel eres para aplicar los productos que te brinden beneficiosos y evitar colocar otros que puedan dañarla.

Lo primero que debes saber es que existen tres principales tipos de piel:

PIEL GRASA, PIEL SECA Y PIEL MIXTA

De estas derivan otras más. A continuación te presentaremos cuales son y qué características presenta cada una.

Piel grasa

Este tipo de piel presenta una mayor actividad de las glándulas sebáceas. Tiende a constituir un exceso de oleo en la piel.

Piel grasa seborreica.

Este tipo de piel se presenta, principalmente, en individuos de raza latina. es un trastorno de la piel que afecta al cuero cabelludo. Causa manchas escamosas, piel enrojecida y caspa. Puede afectar las zonas oleosas del cuerpo, como el rostro, los lados de la nariz, las cejas, las orejas, los párpados y el pecho.

Piel grasa deshidratada.

Se desarrolla cuando la secreción sebácea modifica su composición y no es suficiente para proteger la piel, a pesar de existir en exceso.

Piel grasa asfíctica.

Es una piel que se ha afectado por la utilización errónea de productos cosméticos. Por ejemplo, el empleo de productos demasiado astringentes que cierran los poros provoca una alteración en la composición de la secreción sebácea, originando la producción de grasa solidificada que tiene dificultades en salir al exterior y queda atrapada en una de las ultimas capas de a piel, origina el crecimiento de los famosos granos enterrados.

Estas son las características que se presentan en cada tipo de piel grasa.

 Piel seca

Las pieles secas se presentan por una disminución en el contenido de agua del estrato córneo. Esta depende de muchos factores internos y externos.

La sequedad cutánea se caracteriza por presentar aspereza, descamación, pérdida de flexibilidad y elasticidad, grietas e hiperqueratosis.

La pérdida de agua puede deberse a:

  • Disfunciones fisiológicas
  • Disminución de la secreción sebácea o lípica.

Piel alipídica

Se caracterizan por una disminución en la secreción sebácea, deshidratando  la capa córnea por una menor producción del sebo.

Estas pieles suelen presentar:

 

- Color blanco rosado

- Espesor fino.

- Aspecto mate y marchito.

- Poros cerrados e imperceptibles a simple vista.

- Tacto áspero

- Fácil descamación.

- Tendencia a presentar arrugas.

- Resiste muy mal los cambios climáticos.

- Las glándulas sebáceas y sudoríparas se encuentran disminuidas de volumen.

- Intolerantes a los jabones.

- Se broncea con dificultad.

- Pérdida de elasticidad.

- La sensibilidad a los agentes externos favorece la aparición de rojeces y descamaciones.

 

Piel normal

Hidratación adecuada y cantidad de oleo adecuado

Sus características son:

 

- Color rosado uniforme.

- Tacto muy suave, aterciopelado. Propio de pieles jóvenes.

- Espesor fino.

- Lisa, sin arrugas y elástica.

- Flexible, tónica.

- Bien irrigada.

- Poros cerrados y pequeños.

- No hay presencia de aspectos poco estéticos como manchas, poros abiertos o líneas tirantes.

- No hay brillo grasiento.

- Tiene una superficie lubricada y humedecida.

- Presenta una buena tolerancia a los jabones.

- Broncea al sol en exposiciones normales y controladas.

- Resiste bien los cambios de temperatura.


Piel mixta

Según la localización, la piel es seca y grasa, ya que la distribución de las glándulas sebáceas y sudoríparas no es homogénea. En esta situación intermedia, se admite la clasificación de un estado fisiológico cutáneo que alterna las características de piel seca y grasa, en unas condiciones de normalidad.  

Piel sensible

Reacciona frente a estímulos a los que una piel normal no reacciona, sufre sensaciones de incomodidad como calor, tirantez, enrojecimiento y es frágil, clara y sujeta a rojeces difusas y/o patologías (acné, brotes o enrojecimiento...)

 

 

Ahora que ya conoces las características podrás identificar qué tipo de piel eres y sabrás lo que debes y no debes colocar en ella.

En nuestras próximas publicaciones estaremos brindándote cuidados específicos y consejos para cuidar cada tipo de piel. Además te recomendaremos productos que funcionan muy bien para solucionar problemas en la piel.


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